martes, 11 de septiembre de 2007

Lunes 10 de Septiembre.

Hoy hace una semana que he llegado.
Cuando terminé el primer día tenía la sensación de llevar aquí media vida... y hoy, una semana después, la tengo de haber acabado de llegar. Es curioso como cambia la percepción del tiempo...
Hoy, a pesar de seguir con temperatura mas propia de verano que de invierno, todo el día amenazó con llover, pero apenas han caido cuatro gotas.
Sigo pasando los días en plan relax total. Hoy terminé de leerme "El corazón helado" de la Almudena Grandes. Me ha dejado la dulce-amarga sensación de haber pasado unos meses formando parte de la familia Carrión Gozález y la familia Fernández Perea, y haber sido testigo del cambio personal que Alvaro sufre al conocer el pasado turbulento de sus padres. Emociones encontradas y fragmentos de una historia seguramente muy repetida en muchas familias españolas tras la guerra civil. Altamente recomendable.
Ayer fue un día curioso cuando menos.
El Centro Asturiano de Buenos Aires, como todos, supongo, celebraba el día de Asturias con una fiesta amenizada por una banda de gaitas, un grupo de baile y una "gran fabada". Fui con parte de la familia, y pasé el día entre gaitas y descendientes de asturianos que no quieren perder el contacto con las raíces de sus abuelos. Emocionante ver ese interés por conservar esas tradiciones, que como la gran mayoría están condenadas a desaparecer.
Terminé con Rafa y unos amigos tomando algo en una terraza al lado del río de La Plata, por el barrio de Olivos. Quedé alucinado con las mansiones que hay en esta zona. Casas que parecen palacios, perdidas entre bosques privados y prácticamente fortificadas. Apenas llegué a intuirlas porque se esconden estre los árboles que las rodean y además ya era de noche, pero aún así impresionan. Por este barrio se encuentra la "Quinta de Olivos", que es la residencia de los presidentes de la nación. No deja de ser curioso que se encuentre fuera de la capital porque este barrio ya pertenece a la zona norte del Gran Buenos Aires. No se como será el palacio, pero lo que es la finca es interminable.
El sábado pasé la tarde con una prima por el delta del Tigre. Es una zona preciosa. Es el tercer delta mayor del planeta, después del del Nilo y del del Amazonas. Hay una parte continental y otra contituida por varias islas entre las que el rio Paraná forma numerosos canales navegables que son el único acceso a las viviendas que hay por allí. Es una preciosidad ver las casitas y las mansiones que se levantan por allí, todas elevadas para protegerse de las subidas del río, unas abandonadas, y otras que incitan a quedarse en ellas a vivir. Suelen ser segundas residencias de los bonaerenses, o viviendas que se alquilan para los fines de semana. Y también hay muchas que son vivienda habitual de los vecinos del Tigre, teniendo su propia escuela y su centro médico. Hay muchas que lucen el cartel de "se vende" y se pueden sonseguir desde los 30000 hasta los 120000 dólares.
Dimos un paseo de una hora en barcaza por los canales, y rematamos dando vueltas por el Puerto de Frutos, en la entrada a la parte continental del pueblo, una zona muy turística llena de puestos donde se vende desde fruta hasta muebles y artesanías.
Fue un día muy bonito. Y tal vez antes de irme hagamos una excursión en catamarán que te lleva desde Puerto Madero hasta el Tigre, toda la tarde, con la merienda inlcuida, por 75 pesos -unos 18 euros-.
Hoy he tenido noticias de mi amigo Jose. Me mandó un mail desde Tarija, en la frontera de Bolivia en el extremo norte de Argentina. Ve difícil dejarse ver por Buenos Aires porque el tiempo le apremia y quiere estar en Chile para las fiestas patrias. Lástima porque me haría ilusión encontrarnos aquí. Pero bueno, a lo mejor apañamos algún encuentro a medio camino de ninguna parte.













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