Me sorprende cada vez mas el desorden y el caos que parece reinar en todos los rincones de esta exageradamente grande ciudad. No es que Barcelona sea el prototipo de orden, pero al menos algo se nota. Es la cuarta vez que vengo y cada vez lo acuso mas. Y cada vez me gusta mas, supongo que porque se que estoy de paso, pues me cuesta imaginar el día a día aqui en medio de este "quilombo".
Es la primera vez que veo movimiento en la construcción. Eso se supone que es señal de que las cosas están mejor. Y aunque me sigue chocando el ver rejas en todas las casas, y ver a la gente cerrar la puerta con llave incluso para estar delante de la casa, (yo que viví 27 de mis años en una casa cuya puerta no conocía lo que era una llave!), parece que el tema de la inseguridad esté un poco mas relajado.
Ayer tocó darse un paseo por la Av. Corrientes... la calle de los teatros y los cines. Recorrimos un buen tramo, cruzamos la 9 de Julio, pasamos ante el Obelisco, y sacamos entradas para el jueves próximo ir a ver "La jaula de las locas".
Acabamos la noche, en el Abasto, antiguo mercado de abastos reconvertido en centro comercial, donde fuimos la cine a ver "El niño de barro", una película basada en hechos reales ocurridos en Buenos Aires a principios de siglo. Me había quedado con ganas de ir a verla en Barcelona, y mira por donde la vengo a ver al lugar donde se originó la historia.
Aún no he podido preparar fotos para colgar aquí. Pronto lo haré, espero.
Mientras tanto os dejo unos abrazos cargados de "buenos aires".
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