domingo, 12 de julio de 2009

"Vía Verde"



Tengo la suerte de, en éstos doce años que llevo en Barcelona, haber conocido gran parte del territorio catalán, del que debo decir que está lleno de lugares preciosos a los que vale la pena escaparse para disfrutar y conocer.
La parte más desconocida para mi hasta ahora es la zona de Les Terres del Ebre.
Y este fin de semana gracias a la gentileza de "la Gerez", y la amistad de Sue, acompañados por Oscar, me adentré en ese, para mi, desconocido territorio.
Un fin de semana genial, de risas y aventura. Y de dolor... y es que hacerse más de treinta kilómetros de bici por una preciosa vía verde, cuando no se está muy habituado al pedaleo, tiene consecuencias harto desagradables para las reales posaderas... cierto?
El destino fue Benifallet, un bonito pueblo a orillas del río Ebro. Allí pasamos el fin de semana, disfrutando del lugar y de la campechanía de sus gentes, que al saber que estábamos en la casa de "La Moniquetta", nos ofrecieron toda su simpatía y cordialidad.
En "Benimocionss", alquilamos tres bicicletas, que ya nos dejaron el viernes por la noche. Y que entregamos el sábado sobre las ocho de la tarde conteniendo por educación unas tremendas ganas de lanzarlas al río.
El sábado tras desayunar en un bar del pueblo, y comprar unos bocatas para la ruta, nos encaminamos a golpe de pedal -Sue puede verificar lo literal de la expresión "a golpe de pedal"- hacia la Vía Verde de la "Terra Alta", en concreto al tramo que va desde Benifallet hasta el Santuario de la Virgen de la Fontcalda. Entre la ida y la vuelta deben ser unos treinta kilómetros, que transcurren por una preciosa senda -antigua vía de tren- llena de largos y oscuros túneles que la hacen más emocionante.
Suerte la nuestra que el día estuvo casi en su totalidad nublado, pues de lo contrario y a tenor del calor que el domingo hacía en el pueblo -muy húmedo además-, nos hubiera matado añadir al mal de piernas/culo, las quemaduras del sol.
Hubo sufrimiento, del que yo no padecí -aquí el abuelo va a ser que está en forma-, pero hubo sobre todo buen rollo y muchas risas. La cerveza que nos tomamos nada más llegar al Santuario, creo que fue la más sabrosa de toda mi historia cervecera. El baño en las termales aguas de la "Fontcalda" fueron muy gratificantes a pesar del verduzco color del río a causa de las algas (señal de agua de calidad según el señor del bar). Y con la suculenta y sabrosa cena en "Cal Miquel", nos fuimos a dormir como nuevos.
Las agujetas del día después a cada uno se le manifestaron por donde pudieron. Las mías fueron en el cuello de pasarme el viaje mirando para atrás a ver si me seguían los compañeros de aventura.
Fue genial volver a disfrutar de un finde acompañado de la Sue, y me encantó que se hubiera apuntado Oscar.
Repetiremos algún día.
Seguro.
Así de rebotaos acabaron Sue y Oscar con la "Vía Verda".
Aquí las fotos:
Benifallet.

No hay comentarios: