martes, 6 de abril de 2010

Santa Semana del 2010...

Nada mejor para recargar las desgastadas baterías que una escapadita a Huesca, donde me esperaba mi Yoli, para perdernos durante tres días por lo infinitos y preciosos paisajes de esa provincia que más me gusta cuanto más la conozco.
Un café en un bar a orillas del pantano de Arguis; sofá y charla en el precioso pisito de Yolanda; un espectacular menú de doce euros en el pueblo de Plan (Casa Ruché, para quien se acerque por allí y le pueda interesar); nieve en la parte francesa de Pirineo a través del túnel "Aragnouet-Bielsa"; un día de perros, y no por ello menos bonito, con misión imposible lograda: comer en Tramacastilla. A partir de ahora denominado "Traumacastilla" pues es la segunda vez que vamos a este pueblo, y además de caer chuzos de punta, casi nos quedamos sin comer. Una fantástica ruta por el cañon de Añisclo, con bocata al sol en un collado con impresionantes vistas, en el pueblo de Fanlo; un paseo a caballo con Mariana, Gastón y Nayara en Sarvisé; una visita a última hora del día, que queda pendiente repetir con buena luz al castillo de Loarre, ¡impresionante!
Huesca. Semana Santa 2010

Han sido una días de descanso y desconexión. Que ya he olvidado a escasas doce horas del regreso...
Al regreso, me esperaban mi familia Rogers-Traviesa para comer. Aquí en Cataluña el lunes después de Pascua es el día de "la mona".Y como padrino de Sofía, tenía la mia preparada para dársela.
Un abrazo para el feliz abuelo, que debe de ser uno de los pcos seguidores de mis desventuras blogueras. Gracies Pachu!

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