jueves, 23 de diciembre de 2010

FELICES FIESTAS, FELIZ DÍA A DÍA.

Se acaba  otro año y yo sigo haciendo gala de una soberana pereza a la hora de actualizar este blog. Y lo lamento muchísimo, pues mejor me centraba en él en vez de perder el tiempo en el Facebook. 
Las redes sociales nos absorben una gran parte del tiempo libre. Caemos en ellas y desvelamos datos personales sin pudor alguno. Nos relacionamos con "amigos" de todo el mundo y nos cuesta trabajo dar los buenos días al vecino del rellano. Le estamos dando información continuamente sobre nuestros gustos y aficiones, para que el creador se forre vendiéndolos a las empresas de publicidad que nos ofrecerán directamente aquello que saben de antemano que nos atrae. 
Con todo esto yo soy el más enganchado pues gracias a la tecnología y al móvil me paso el dia "online". En principio con la ilusión de recuperar el contacto con gente de la que hacía mucho tiempo que no sabía. Después por la gracia de compartir mis fotos con mucha gente (el blog, ha de ser muy bueno para tener tanta visita. Y éste solo lo veis los cuatro de siempre, lo cual me hace muy feliz; pero todo hay que decirlo, más por simpatía que por calidad); y ahora por rutina. Rutina hasta el punto que a veces me planteo cerrarlo o limitarlo a cosas muy puntuales. Que digo yo, mejor pillaba alguna (rutina) de más provecho, como acostarme a las diez en vez de a las doce, para no llorar de sueño cuando a las cinco de la mañana suena el despertador. 
Se aproxima el fin de un año movidito... Y se avecina uno que cuando menos da miedo. 
Nos quieren alargar la edad de jubilación, pero ellos (los políticos) con ocho años en el poder salen arreglados para toda su vida. 
Si cobramos de dos pagadores -señal de que con la miseria que nos pagan en un trabajo no podemos vivir- nos abrasan en Hacienda, mientras que ellos se adjudican cargos y sueldos sin reparo alguno; y se garantizan astronómicas cifras vitalicias tras cuatro u ocho años de "trabajo". 
Nos equiparan a Europa en lo que a precios se refiere, y en salarios damos vergüenza. 
Y me da igual que nos gobierne la derecha, la izquierda, o el centro, pues lo que veo es que cualquiera que llegue al poder, no lo hace con otra intención que la de sacar el mejor partido de ello; y se preocupa por los problemas reales de los ciudadanos de a pie tanto como yo por el estado de las carreteras del sur de Mongolia. (Por poner un ejemplo). 
Cada vez siento más frustración y vergüenza al ver hacia donde nos llevan.  
Así que yo al menos, trato de vivir lo mejor que me dejen, y no darle muchas vueltas a todas esas injusticias, porque no veo la manera de arreglar nada, y como mucho conseguiría angustiarme de mala manera. 
Y procuro centrar mis energías  en los problemas que  me afectan de manera directa. Ahora mismo, el principal,  la salud de mi padre; al que su desidia y el "buen funcionamiento" del sistema sanitario tienen en un sinvivir desde Julio; a la espera de ser intervenido de próstata, hidrocele, y hernia inguinal. Se ha pasado más de cincuenta años pagando, no sin esfuerzo, su Seguridad Social sin sacarle un euro, para que ahora que necesita de sus servicios lo tengan sufriendo y si nos descuidamos los dejen morirse. ¡Qué vergüenza!
Espero y confío que por fin el próximo día diez le operen de una vez y todo vaya volviendo a una relativa normalidad, pues si hay algo cierto e inevitable, es que mis mayores se están haciendo viejos, (o mis viejos se están haciendo mayores) y cada vez requieren mas atención. Y yo, a casi mil kilómetros de ellos, no lo tengo nada fácil para cuidarlos como corresponde.
Confiaré en la buena suerte que siempre me ha acompañado, y seguiré afrontando los días con todo el optimismo posible, porque lo que haya de ser será. Como siempre. 
A mis cuarenta,  sigo sin pillarle el punto a estas fechas. Sigo sin conocer el espíritu navideño del que tanto se habla. No me siento ni mejor ni peor cuando llegan estos días que cualquiera de los trescientos y pico restantes. Ni echo de menos esas cenas navideñas en familia, rebosantes de alegría y cariño, porque nunca las he disfrutado. En mi casa, en vez de acentuarse el amor por los presentes en estas fechas, siempre se acentuó la pena por los ausentes... 
Estas Navidades las pasaremos cada uno  por su lado. Nunca tan extrañamente desperdigados. 
Este año no he enviado ni una sola felicitación. Así que ésta será la oficial. ¡Pobres de aquellos que no tengan acceso a internet! ¡O que teniéndolo no se asomen por aquí!
De todos modos hay una verdad absoluta que está ahí: que a todos y todas, desde los mas profundo de mi corazón, os deseo lo mejor, para estos días y para todos y cada uno de los que os queden por vivir. 
FELICES FIESTAS.
Y MÁS FELIZ 2011.




   

2 comentarios:

VALENTIN dijo...

La pereza es mas que soberana, pero creo que ya somos dos, porque esto del blog me resulta pesado y aburrido, en fín un añu mas y un menos, Felices Fiestas Sixto, y a ver si nos animamos a escribir un pocu mas.

Nory Arduengo dijo...

Bueno Sixto con 7 mese de retraso leo tu relato que me encanta como siempre....
"Feliz fin de Año"
Un abrazo.
Nory