domingo, 6 de enero de 2013

FELIZ 2013!

En contra de las supersticiones que le relegan a la lista negra de los malditos, siempre he considerado al número 13 como uno de mis favoritos. Y este año, por ser el 13 del milenio segundo, tengo el presentimiento de que va a ser un gran año para mi es muchos aspectos. Para mi y espero que para todos. El doce se fue con más pena que gloria. Con él se fue gente muy querida; unos para siempre y otros de mi lado. Para los unos el eterno recuerdo. Para los otros la eterna esperanza. Me aportó muy gratos momentos. Momentos que tal vez nada tuvieran de especial si yo nos les diera esa cualidad. Pero momentos, al fin y al cabo, que me han ayudado a tirar adelante con una sonrisa y una pequeña luz de ilusión. La que te da que soñar no solo es bueno, sino que a veces, puede dar frutos. Y que es cierto ese viejo proverbio que advierte: “Ten cuidado con lo que deseas, porque podría hacerse realidad”. Empiezo el año sin mayores propósitos. Solo pido poder seguir viviendo como vivo, aunque sea sudando la gota gorda para llegar a fin de mes. Seguir disfrutando como disfruto de mi pisito, al que me alegro mucho de haberme decidido a bajar. Seguir disfrutando de la gente, la buena gente que me rodea. Y seguir abierto a ampliar ese círculo de amistades que tantas alegrías aportan a mi día a día. Quiero seguir deseando cruzar el charco para ir a abrazar a esa parte de mi que tengo en el otro lado. Porque mientras siga deseándolo como lo deseo, sé que se hará realidad en cualquier momento. Y seguir deseando regresar a mi patria chica, a ver mis paisajes y mis paisanajes, y recargar baterías en cada viaje para afrontar esta vida, que por más que me guste y satisfaga, se desarrolla entre demasiado asfalto y ruido para ser perfecta. Me gustaría llevar un poco más al día mi blog este año. Volcarme un poco más en él, y tratar de actualizarlo con algo más de frecuencia. Como ejercicio de escritura, y a modo de “diario público-personal”. Ya veremos si soy capaz de cumplirlo. Quiero hacer referencia a las dos últimas pelis que vi el año pasado. Una española, que fue una grata sorpresa, con un argumento de intriga interesante, que termina con un inesperado desenlace. Hablo de El Cuerpo”. Y la otra, me permitió salir del cine con la satisfacción de haber visto la película del año. Cada segundo de la película es una obra de arte. Fotografía, montaje, música, todo perfecto -para mi humilde entender-. No hay nada reprochable en ella. Emoción y disfrute para los amantes del buen cine. Barrerá en los próximos Óscars!. En este caso la obra maestra es Los Miserables. Y si despedí el 2012 con buen cine, lo empecé con buen teatro. En el Teatro Almería, disfruté de las voces de Elena Gadel, Víctor Estévez, Iván Labanda y Patricia Paisal, que muy bien acompañados al piano por Xavier Torras, interpretaron el musical “Over the Moon”, sobre la vida a través de las notas de Jonathan Larson, el autor del célebre musical “Rent”. Una sencilla y cercana puesta en escena y unas buenas interpretaciones, con unas fantásticas voces. Y la otra, titulada “Algo”, en La Villarroel, en la que otros cuatro intérpretes, (Aina Clotet, Héctor Claramunt, Iván Massagué y Carmela Poch), bajo la dirección de Àlex Mañas, interpretan en tres actos tres situaciones irónicas, absurdas y divertidas de la vida. Tres búsquedas de “algo” que de sentido a sus rutinarias existencias. Muy entretenida. Así empiezo el año. “To be continued”...

sábado, 24 de marzo de 2012

Al teatro!


Me encantan esos momentos en los que, disfrutando de un espectáculo, teatro, cine, concierto, la magia de la actuación me provoca la extraordinaria sensación de levitar. Sí, de levitar. Siento como se me pone la carne de gallina, y me recorre una especie de escalofrío que me genera una increíble sensación de elevarme sobre mi butaca... parace cosa de locos, o de fumados, pero es tal cual. Y puedo garantizar que no hay mas drogas de por medio que las que mi propio organismo pueda generar. En ese momento siento que lo que estoy disfrutando es algo mágico, siento una conexión absoluta con los artistas, pues entiendo que esa es su finalidad al crear el espectáculo.
Esta sensación la he sentido en las dos últimas obras que vi en el teatro. Completamente diferentes, pero geniales ambas.
En el Teatro Romea, disfruté de unas actuaciones brutales por parte de Clara Segura y Julio Manrique, en una obra que yo desconocía, peor al parecer viene de una película con el mismo título y de producción canadiense. Hablo de "Incendis". Un dramón impresionante sobre una mujer libanesa que en el lecho de su muerte hace un encargo a sus dos hijos que les aclarará la extraña relación que siempre han mantenido con ella y les revelrá un terrible secreto que solamente de aquella manera podría haber sido explicado.
El montaje, la escenificación, que aunque a veces te confunde -porque los artistas interpretan diferentes papeles en diferentes tiempos- es genial, las interpretaciones... ha sido una de mis mejores experiencias teatrales hasta la fecha.
Todo le teatro en pie, y muchos sollozos no ahogados lo atestiguan. Impresionante.
La otra fue anoche. De la mano de la compañía La Cubana, que como siempre se las ingenia para sorprender al espectador con sus delirios y locuras. Están en el teatro Tívoli, con una obra titulada "Campanadas de Boda". El argumento es sencillo, como siempre. Pero ellos se encargan de darle la vuleta y convertirlo en algo espectacular cuando menos te lo esperas. En este caso una chica catalana de buena familia, se casa "online" -lo que antaño era "por poderes"- con su novio, un actor de "bolliwood" que está en la India. Por supuesto el tono de toda la obra es cómico. Me encanta como acentúan los estereotipos de los personajes. El acento tan catalán de los catalanes, el deje andalúz de la chacha... son buenísimos todos. Y cuando se ponen a cantar increíbles, sobre todo cuando lo hacen en coro. Ahí en una de esas fue donde sentí la sensación que al inicio describía. Detalles no voy a explpicar por si alguien los va a ver.

miércoles, 18 de enero de 2012

A mi padre.

Es increíble las vueltas que puede darte la vida en unos meses. En casi un año que hace que no aporto nada a este pobre blog.
Hemos liquidado un 2011 tan negro, que ojalá tarde en repetirse otro semejante. Despedía el 2010 explicando mis preocupaciones, y todas ellas se quedaron cortas en el recién caducado 2011.
Se acabó la generación de mi padre. Se nos murió él en Marzo -en dos días hará un año ya!-, y a los pocos meses se fue la última de las hermanas que aguantaba, la tía Plácida. Ambos se murieron sin haber agotado su tiempo, pues a ambos les podían haber quedado unos cuantos años más de vida en buenas condiciones. Pero la muerte tiene eso, se lleva a quien le da la gana y cuando se le antoja.
La experiencia de la enfermedad y muerte de mi viejo fue dolorosa. Ver como de la noche a la mañana lo que se supone es un problema "leve" de salud, se convierte en un tumor con metástasis que se lo llevará por delante en poco tiempo, es jodido. Vivir ese tiempo que nos queda tratando de acultarle la cruda realidad para evitarle el sufrimiento extra de saber qué tiene, vivirlo entre idas y venidas desde Barcelona a Asturias, y saber a cada viaje que el siguiente es probablemente el último en el que le verás con vida, se puede convertir en un verdadero infierno. Pero dentro de todo ese infierno, con voluntad se puede sacar una lección de vida y de humanidad tremenda, viendo como se vuelca la familia, los amigos, la gente que te conoce, y como te ofrecen todo su apoyo para capear semejante temporal.
Hoy, dieciocho de Enero, cumpliría sus 79 de seguir entre nosotros. Cumplió los 78 en el hospital, ya sentenciado.
No se imaginaba que en menos de un año iba a viajar "al otro lado", y además de con los que ya tenía allí, se iba a encontrar con su hermana Plácida, con su prima Maruja o, con sus amigos Ángel o Mariano...
Hoy, para cerrar "su año", y mi año, quiero colgar aquí el texto que envié a la comisión de fiestas de San Antonio de Villaverde, para que lo publicasen en el libro que cada año hacen, y, que por ser un medio que llega a todos los rincones del concejo, y por tanto de una asegurada difusión, me apeteció aprovecharlo para hacer llegar mi agradecimiento a toda la gente que nos acompañó en aquellos duros momentos. El texto, acompañado por la última foto que le tomé antes de empezar el periplo de médicos y hospitales, es éste:


Lías el de Argoliviu.
Hace tan solo unos meses que mi padre nos dejó.
Uno nunca acaba de hacerse a la idea de la pérdida de un ser querido por más que lo pueda parecer. Vivir día tras día la ausencia es muy duro, pero no lo es menos si lo vives desde la distancia.
En el primer caso el dolor se acaba convirtiendo en crónico y te acostumbras a vivir con él.
En el segundo, el dolor te sorprende cada tanto, cuando de pronto un hecho o un recuerdo te lo trae, vivo, a la memoria, y a los pocos segundos sientes la descarga del mazazo despiadado que te dice que ya no está.
Sin embargo no nos queda otro remedio que seguir adelante, y acostumbrarnos a la cruda realidad. Porque a fin de cuentas, a este mundo, hemos venido a vivir y a aguantar lo que nos echen.
Quiero aprovechar este medio tan familiar entre todos, para enviar un mensaje de agradecimiento general.
Al personal médico, sanitario y gerontológico -salvo alguna excepción- que le hizo la convalecencia más llevadera.
A los Servicios Sociales de Amieva, y a las chicas que se encargan de organizarlos y llevarlos a cabo. Indudablemente, son los ángeles de la guarda que se encargan de hacerles la vejez más grata a nuestros mayores, y por ello, quiero hacerles llegar desde aquí mi máximo respeto y reconocimiento.
A toda la gente que desfiló por casa, por el Hospital, y por la Resiendencia durante la enfermedad. He llegado a ver en su habitación del Hospital a más de quince personas a la vez, todas visitándole a él. Creo que este dato es más que significativo de la clase de persona que fue, y del aprecio que despertó siempre en cualquiera que haya tenido le placer de conocerlo.
Infinita gratitud a todas las personas que nos acompañaron en el duelo, en el tanatorio y en el cementerio. Aunque las circunstancias te tengan en esos momentos más ausente que presente, sin duda se percibe esa compañía y ese calor. Para mi fue muy conmovedor ver lágrimas en los ojos de hombres y mujeres que jamás me hubiera imaginado llorando. Y saber que esas lágrimas eran por el aprecio que sentían hacia mi padre, me hace sentir un especial orgullo de ser su hijo.
Y sobre todo, a quienes les quiero dedicar mi eterno agradecimiento, es a mi familia. Para mi este tema se complicó con la distancia que me separa de los míos. Y el apoyo y la ayuda de mis primos, sus sobrinos, directos y políticos, me permitieron llevarlo, cuando no pude estar al lado suyo, con la tranquilidad de saberlo acompañado en todo momento. Eso es algo que no tiene precio ni se podrá pagar en la vida.
Ahora solo nos queda recordarlo como era, y hacerlo con esa sonrisa que él siempre tenía para quién se lo encontraba donde fuera.
Y vivir. Vivir conscientes de que aquí estamos de paso, pasamos rápido, y todo lo que no compartimos y disfrutamos, lo podemos dar por perdido.


lunes, 28 de febrero de 2011

Tango en El Molino


Empiezas la semana con no demasiadas buenas expectativas... Haces tu trabajo con la ilusión que te permite hacerlo un lunes en el que te anuncian que hayq ue apretarse el cinturón... Tras dar unas cuántas vueltas a la ciudad, regresas a casa, mojado porque en el último trayecto empezó llover...
Y cuando ya das por hecho que el día se acabó, suena el teléfono, y un amigo, que sabe de tu pasión por todo lo que destile aroma porteño, al verse con una entrada vacante para ver un espectáculo de Tango en El Molino, se acordó de ti.
Y así, sin comerlo ni beberlo, como suele decirse, me veo a la puerta del mítico Molino, donde por primera vez pondré mis pies, acompañado por Albert Lladó, y dispuesto a disfrutar durante hora y media de un intimista espectáculo de Tango de la mano del bandoneísta Daniel Binelli y del guitarrista César Angeleri. Dos auténticos monstruos del género.
Con esta actuación, El Molino inicia una nueva programación musical dedicada al tango, cada lunes combinará un concierto de artistas reconocidos con una milonga, es decir, un baile abierto al público general.
Lo de anoche fue sublime. Aqulla guitarra y aquél bandoneón, no sonaban... hablaban!
Y tras el espectáculo, El Molino nos invitó a una copa de cava en el primer piso.
No sé por qué me imaginaba el cabaret mucho mayor. Sin embargo me encontré con una sala muy intimista.
Y tras unas tapas en la cervecería Moritz de la Ronda Sant Pau, acabó un día que como todos los que trato de vivir, tuvo de todo menos de rutinario.

miércoles, 16 de febrero de 2011

La omisión de la familia Coleman.



Hasta el 6 de marzo se puede disfrutar en el Teatre Borràs, de una obra argentina, que desde su estreno no ha parado de cosechar éxitos y buenas críticas:
"La omisión de la familia Coleman" del joven director Claudio Tolcachir y la compañía Timbre 4.
Una obra que retrata una familia absurda donde nadie cumple su rol correctamente. Entre risas y reflexiones te van calando unos personajes nacidos de la improvisación, que interpretados magistralmente trazan una obra llena de ritmo y de momentos emocionantes.
Te hace salir del treatro con un dulceamargo sabor de boca a causa de la historia que te han contado, pero con esa sonrisa de felicidad que provoca levantarse de la butaca tras haber disfrutado de una obra de TEATRO con mayúsculas.
Yo hubiera podido sentarme a disfrutarla de nuevo antes de salir de la sala.

El autor/director habla de la obra:

jueves, 23 de diciembre de 2010

FELICES FIESTAS, FELIZ DÍA A DÍA.

Se acaba  otro año y yo sigo haciendo gala de una soberana pereza a la hora de actualizar este blog. Y lo lamento muchísimo, pues mejor me centraba en él en vez de perder el tiempo en el Facebook. 
Las redes sociales nos absorben una gran parte del tiempo libre. Caemos en ellas y desvelamos datos personales sin pudor alguno. Nos relacionamos con "amigos" de todo el mundo y nos cuesta trabajo dar los buenos días al vecino del rellano. Le estamos dando información continuamente sobre nuestros gustos y aficiones, para que el creador se forre vendiéndolos a las empresas de publicidad que nos ofrecerán directamente aquello que saben de antemano que nos atrae. 
Con todo esto yo soy el más enganchado pues gracias a la tecnología y al móvil me paso el dia "online". En principio con la ilusión de recuperar el contacto con gente de la que hacía mucho tiempo que no sabía. Después por la gracia de compartir mis fotos con mucha gente (el blog, ha de ser muy bueno para tener tanta visita. Y éste solo lo veis los cuatro de siempre, lo cual me hace muy feliz; pero todo hay que decirlo, más por simpatía que por calidad); y ahora por rutina. Rutina hasta el punto que a veces me planteo cerrarlo o limitarlo a cosas muy puntuales. Que digo yo, mejor pillaba alguna (rutina) de más provecho, como acostarme a las diez en vez de a las doce, para no llorar de sueño cuando a las cinco de la mañana suena el despertador. 
Se aproxima el fin de un año movidito... Y se avecina uno que cuando menos da miedo. 
Nos quieren alargar la edad de jubilación, pero ellos (los políticos) con ocho años en el poder salen arreglados para toda su vida. 
Si cobramos de dos pagadores -señal de que con la miseria que nos pagan en un trabajo no podemos vivir- nos abrasan en Hacienda, mientras que ellos se adjudican cargos y sueldos sin reparo alguno; y se garantizan astronómicas cifras vitalicias tras cuatro u ocho años de "trabajo". 
Nos equiparan a Europa en lo que a precios se refiere, y en salarios damos vergüenza. 
Y me da igual que nos gobierne la derecha, la izquierda, o el centro, pues lo que veo es que cualquiera que llegue al poder, no lo hace con otra intención que la de sacar el mejor partido de ello; y se preocupa por los problemas reales de los ciudadanos de a pie tanto como yo por el estado de las carreteras del sur de Mongolia. (Por poner un ejemplo). 
Cada vez siento más frustración y vergüenza al ver hacia donde nos llevan.  
Así que yo al menos, trato de vivir lo mejor que me dejen, y no darle muchas vueltas a todas esas injusticias, porque no veo la manera de arreglar nada, y como mucho conseguiría angustiarme de mala manera. 
Y procuro centrar mis energías  en los problemas que  me afectan de manera directa. Ahora mismo, el principal,  la salud de mi padre; al que su desidia y el "buen funcionamiento" del sistema sanitario tienen en un sinvivir desde Julio; a la espera de ser intervenido de próstata, hidrocele, y hernia inguinal. Se ha pasado más de cincuenta años pagando, no sin esfuerzo, su Seguridad Social sin sacarle un euro, para que ahora que necesita de sus servicios lo tengan sufriendo y si nos descuidamos los dejen morirse. ¡Qué vergüenza!
Espero y confío que por fin el próximo día diez le operen de una vez y todo vaya volviendo a una relativa normalidad, pues si hay algo cierto e inevitable, es que mis mayores se están haciendo viejos, (o mis viejos se están haciendo mayores) y cada vez requieren mas atención. Y yo, a casi mil kilómetros de ellos, no lo tengo nada fácil para cuidarlos como corresponde.
Confiaré en la buena suerte que siempre me ha acompañado, y seguiré afrontando los días con todo el optimismo posible, porque lo que haya de ser será. Como siempre. 
A mis cuarenta,  sigo sin pillarle el punto a estas fechas. Sigo sin conocer el espíritu navideño del que tanto se habla. No me siento ni mejor ni peor cuando llegan estos días que cualquiera de los trescientos y pico restantes. Ni echo de menos esas cenas navideñas en familia, rebosantes de alegría y cariño, porque nunca las he disfrutado. En mi casa, en vez de acentuarse el amor por los presentes en estas fechas, siempre se acentuó la pena por los ausentes... 
Estas Navidades las pasaremos cada uno  por su lado. Nunca tan extrañamente desperdigados. 
Este año no he enviado ni una sola felicitación. Así que ésta será la oficial. ¡Pobres de aquellos que no tengan acceso a internet! ¡O que teniéndolo no se asomen por aquí!
De todos modos hay una verdad absoluta que está ahí: que a todos y todas, desde los mas profundo de mi corazón, os deseo lo mejor, para estos días y para todos y cada uno de los que os queden por vivir. 
FELICES FIESTAS.
Y MÁS FELIZ 2011.




   

jueves, 15 de julio de 2010

Aquí sigo, aunque callado.

No es habitual, pero me apetecía actualizar mi abandonado blog, y a falta de tiempo para hacerlo en casa, lo hago desde mi inseparable IPhone en el curro.
El verano me está masacrando con el calor y la humedad propias de Barcelona. Aún así es un placer recorrer cada día esta urbe descubriendo calles y rincones que nunca hubiera conocido de no ser por este extra tan de agradecer.
Me muero de sana envidia cada vez que pienso que a éstas horas Amador y Elena están disfrutando de y siendo disfrutados por la familia de Argentina.
Quien pudiera compartir esos momentos con todos ellos!! Qué ilusión saber de la ilusión que a todos les hace esta visita.
Después de algunos trompicones mi vida vuelve a estar bien encaminada, esta vez espero que para siempre. Nadie dijo que fuera fácil ser feliz; pero vale la pena esforzarse para, sinó conseguirla, si aproximarse todo lo posible a la Felicidad.
Tengo ganas de pasar unos días por Asturias. De poder dormir fresco por las noches y así descansar. De desconectar un poco del ruido y la polución de la ciudad. Y de ver cómo va mi viejo, que con sus setenta-y-altos años sin conocer enfermedad ahora lo tengo sufriendo con una hernia inguinal pendiente de operación.
Mientras tanto, aunque callado, aquí sigo.
Disfrutando de mi Barcelona. Compartiendo buenos momentos con los muchos amigos que tengo ir aquí, viendo alguna que otra obra de teatro (hoy vamos a ver, yo por segunda vez, "La vida por delante", con Concha Velasco), haciendo alguna escapada de fin de semana a Tossa de Mar. Y diisfrutando -quién me lo iba a decir- como nadie con el triunfo de la selección española, la Roja, en el Mundial de fútbol de Sudáfrica.
Si no vuelvo por aquí, os deseo que tengáis un buen verano y unas vacaciones relajantes y reconstituyentes.
Un abrazo